El sonido de la música hace remolinos
con el suave viento que juega a esconderse detrás de las cortinas de mi ventana.
y hacen figuras en el humo de un cigarro
y no se ni la hora
y tampoco quiero saber
dejare mi alma viajar en un sueño de sentidos
vibraciones malas que se van y otras buenas
que llegan presurosas de ocupar ese lugar
la locura y la serenidad agonizan en una interminable batalla
habrán de acordar un momento en que las dos puedan jugar
cada una con sus virtudes y defectos.
las dejare,
ellas me abrazan
me hablan al oído,
me llevan
ellas son yo
y yo
soy ellas.
(Lizardez Fatima)
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